(Foto: Diario "El Mundo" Medellín. Izquierda Roberto Serafín Guerrero derecha su hijo Jaime)
(Julio 10 de 2011, Por Enrique Souza Sterling) Falleció en
Medellín, Roberto Serafín Guerrero, padre de Roberto José y Jaime, ambos
destacadísimos automovilistas de Colombia. Tuve el honor de conocer a Roberto
Serafín por intermedio de mi mentor en el periodismo: Germán Mejía. A través de
él me enteré de muchos de los aportes de Roberto Serafín al automovilismo
Colombiano. Sin Roberto Serafín no habría existido la Fórmula Colombia o Fórmula Esso
por allá por los setentas. Conocí a sus hijos, excelentemente educados lo que
dice mucho de un padre. Lo conocí personalmente en el autódromo y hace un par
de años estuve en Medellín donde departimos por las calles de la capital de la
montaña en su Mini Cooper mientras hablábamos de esos primeros fórmulas que
corrieron en nuestro país. Un absoluto caballero, buen conductor, divertido y
amable, nacido en Argentina pero enamorado de Colombia y de esa bella ciudad
que es Medellín donde se estableció desde hace muchos años. Gracias a su hijo,
Roberto José me convertí en fan del automovilismo, siendo yo un niño, era uno
de mis héroes en la infancia junto con Gilles Villeneuve, Emerson Fittipaldi y
otros contemporáneos de Roberto en su ascenso a la Fórmula 1, a diferencia de otros niños
que preferían a Batman o Supermán. Tan solo ayer, en el Campeonato Nacional de
Automovilismo, entrevistaba a su otro hijo Jaime, quien se llevaba otro triunfo
más de los cientos que puede tener, con tanto talento como Roberto José pero
sin la suerte y la oportunidad de competir en el exterior; siempre ha tenido la
madera para llegar a donde su hermano pero es que el automovilismo es así.
Roberto José dejó los récords que pudo, compitió en una "calandria"
en fórmula 1 pero su talento genera respeto en las esferas de la IndyCar aún hoy en día y
es el respeto que le tenemos a Jaime porque en nuestras pistas ha sido un punto
de referencia en calidad de pilotaje. Roberto Serafín Guerrero hoy deja huérfano
el corazón no solo de sus hijos, sino también el de la gran familia del
automovilismo colombiano y DiMOTORi lamenta mucho la partida de este gran
hombre, gracias por lo que nos dejó y Paz en su tumba.