(DM) La fabrica de Lamborghini S.p.A. (ahora filial de Audi) celebra la producción de su Aventador No. 1000. Un automovil cuya circulación seguramente intentará impedir el señor alcalde de Bogotá, no por contaminante (lo que no es) sino por su estrecha vinculación con la tauromaquia (todos los Lamborghinis llevan el nombre en honor a un famoso toro de lidia). Puede no sonar espectacular llegar a 1000 unidades cuando los autos de serie sobrepasan esa cifra en cuestión de meses, pero estamos hablando de un auto purasangre, de competencia puesto en calle, elaborado prácticamente a mano y de un precio que pocos pueden alcanzar; La planta de Lamborghini recientemente aumentó su producción de tres autos diarios a 4.5. El Murcielago, lanzado en el salón de Frankfurt de 2001 había alcanzado los 1000 en febrero de 2004. Este Aventador LP700-4 No. de chasis 1000 color Naranja Argos quedó en manos del arquitecto alemán Hans Scheidecker (foto der.) y recibió las llaves directamente del presidente de la compañía Lamborghini Stephan Winkelmann (foto Izq.).