(DM) En una espectacular carrera, digna para conmemorar los 100 años de historia de este magno circuito, el inesperado final nos recuerda por que ésta es la carrera más importante y tradicional de este lado del atlántico. La Indy 500 celebró sus 100 años con relativas pocas banderas amarillas y así mismo accidentes. Triste el retiro del venezolano E.J. Viso que venía luchando por posiciones, o la salida de Simona De Silvestro, ambos prematuramente en la carrera. Tagliani, el poleman fue otro de los que abandonó, así como Sato, Howard, Briscoe y Bell. La emoción nos invadió al ver a Danica Patrick liderando al faltar solo 20 vueltas, pero la estrategia en la que estaba, muy probablemente no le habría alcanzado en llantas y combustible, el equipo no se arriesga a no terminar y ella entra a pits. Baguette asume el liderato pero con el mismo problema de Patrick le entrega el comando a otro novato: Hildebrand. Éste debía arriesgarlo todo para coronar pero a media vuelta del triunfo se va contra el muro estrellando el sueño de todo novato, haciendo levantar a los 120 mil espectadores en sus asientos y los más de 10 millones de televidentes en todo el mundo con gritos de emoción e incertidumbre cuando a los pocos segundos pasa un auto blanco naranja entre los pedazos del auto de Hildebrand y era nada menos que Dan Wheldon tomando la cuadriculada con algo de suerte perro sin duda merecidísimo triunfo por el arduo trabajo realizado por el joven equipo de Bryan Herta, ex-piloto que nunca disfrutó de la leche del triunfo hasta esta ocasión, ahora como dueño de equipo. En el video, la alegría del piloto Inglés es evidente. Vimos una de las mejores carreras de Indy en los últimos años, aunque para nosotros fue grande la ausencia de Sebastián Saavedra quien no pudo clasificar por situaciones fuera de su control. Video autorizado por Indycar.com